Video ópera El Secreto de Susana

 

 

ROTULO FINAL

 

 

EL PROYECTO
La TEMPORADA DE MÚSICA DE CÁMARA es un evento cultural que se viene realizando en Manizales de manera anual, convocando a los amantes de la música clásica en torno a diversas manifestaciones y géneros de pequeño formato. Invitados nacionales y extranjeros se han presentado durante estas temporadas en el auditorio de la Universidad Nacional con una asistencia cada vez más importante, dado al excelente posicionamiento que ha tenido en la vida cultural de la ciudad.

A partir de la tercera temporada, el Banco de la República se vinculó con su apoyo a esta iniciativa permitiendo asi que la programación llegue a otras salas del país.

Desde al año 2007 se viene consolidando la idea de programar en la temporada de 2009 una ópera de cámara. La inclusión de este propuesta enriquecerá la gama de tendencias que se han hecho presente en temporadas anteriores, las cuales han tenido una fuerte predominancia de la música instrumental,  algunas presentaciones de solistas vocales en concierto.

Para ello se ha escogido la ópera El Secreto de Susana del compositor italiano Ermano Wolf-Ferrari; obra que además cumple en 2009  cien años de su estreno.

Este proyecto toma enorme importancia en una ciudad como Manizales, en donde procesos como el taller de ópera de la Universidad de Caldas han mostrado experiencias académicas significativas.

La propuesta pretende vincular un número importante de personas e instituciones con el ánimo de fortalecer la labor interinstitucional e interdisciplinar en favor de la cultura.

El estreno en Colombia de esta ópera incluye como propuesta visual una puesta en escena con elementos multimediales y una arreglo musical para orquesta de cámara por parte de Juan David Molano, director artístico de la temporada

SINÓPSIS
El conde Gil y la condesa Susana se encuentran distanciados. El amor que antes los unió, hoy esta relegado por la rutina propia de las convenciones de su posición aristocrática. El inmenso salón que sirve de escenario para el desarrollo argumental, representa el espacio impersonal donde la relación  de dos seres que se aman, se ha deslumbrado por lo rutilante de las apariencias. Los acompaña Sante, un mayordomo de edad madura que pone el tono cómico a la historia y que cumple con un rol de complicidad que involucra al espectador en un absurdo mal entendido que él bien pudo contribuir a evitar. Sante representa la decadencia a la cual corren presurosos sus patrones. El viejo, en la simplicidad de su personalidad, hace una crítica social: su vida es sencilla y los ricos se preocupan por nimiedades. Sante es testigo y participe de una mal entendido insulso que a lo largo de la trama se va tornando en un conflicto de proporciones calamitosas. El final es simple, verosímil y bastante ligero. Triunfa el amor al desentrañarse el secreto que empañaba la felicidad de la pareja: Susana fuma y su esposo no lo debe saber. Gil percibe en repetidas ocasiones el humo del cigarrillo y cree que Susana tiene un amante que fuma. Una vez resuelto el mal entendido, renuevan sus votos de confianza y respeto.
La propuesta para la puesta en escena de este producto cultural echa mano de los recursos que ofrecen la tecnología multimedia con el fin de enriquecer la propuesta desde el punto de vista visual y conceptual.
La orquesta de cámara será puesta en una dimensión poco tradicional: compartirá escenario junto con los actores y cantantes en una ruptura de las convenciones más puristas de la ópera, con lo cual se pretende redimensionar su rol  y hacerla un personaje más, que cuenta la historia con toda la fuerza emotiva del lenguaje musical.
Los laterales del escenario se convertirán en dos mundos distantes. Susana y Gil se encuentran circunscritos cada uno a su espacio en el escenario real (el cual es bastante frío, teniendo en cuenta que se trata de una caja de croma azul). Las interacciones de Gil y Susana en la escena serán remotos y accionados por actores figurantes que hacen posibles los contactos físicos o el intercambio de elementos. Esta distancia afectiva entre los personajes principales continúa dándose aún en la proyección, en la cual, pese a que el truco de las interacciones se resuelve gracias al cierre de la brecha dispuesta en el escenario y a la sincronización de las acciones físicas de actores, cantantes y elementos; la brecha psicológica se mantiene debido a la proyección simultanea de dos fondos diferentes: uno para Susana y otro para Gil.
La unión de las imágenes proviene de ambos laterales en la pantalla de proyección no pretende el efectismo de la fusión perfecta. En contraposición, se debe mantener la distancia de los personajes ya que esta revela la apatía, el desgano y la dificultad de la comunicación entre dos mundos que parecen imposibles de conectar. La escenografía propuesta en el guión literario (un salón elegante con una puerta y una ventana al fondo, y numerosas puertas laterales) guardarán estos patrones en la composición, pero continuarán disgregados en dos ámbitos disímiles. El color de los decorados superpuestos hablará de los estados anímicos de cada personaje por separado y las variaciones en formas y texturas, obedecerán a la simbolización que cada personaje dé a su conflicto interno. El resultado de la proyección será una composición hecha con los sujetos del escenario, que los mantiene alejados psicológica y afectivamente, al poner en evidencia su psiquis y mantener la disgregación de cada mundo interior.
Solo hasta el final de la obra, el espectador podrá presenciar el encuentro de estos mundos cuando los fondos proyectados finalmente dialogan y se complementan pero manteniendo su individualidad.

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